• Luisa Ortega, vocal del COMCADIZ: “La reclasificación y el reconocimiento de la singularidad de nuestra profesión son prioritarias”

Colegiados del COMCADIZ asistieron a la movilización en la que cerca de tres mil médicos se dieron cita en Madrid en la manifestación convocada por el Comité de Huelga de la Confederación Española de Sindicatos Médicos (CESM) y el Sindicato Médico Andaluz (SMA) como muestra multitudinaria del rechazo de la profesión al borrador de Estatuto Marco que pretende aprobar el Ministerio de Sanidad, y después de que en los últimos meses no se haya producido ningún avance en las reivindicaciones del colectivo.

Las principales reclamaciones siguen pasando por un ámbito de negociación y un estatuto propios que permitan la negociación directa de las condiciones laborales de los profesionales y que recojan sus especiales condiciones de formación y responsabilidad; una clasificación profesional adecuada con retribuciones justas aparejadas; una regulación de la jubilación que permita un retiro voluntario, anticipado y parcial sin merma económica; una jornada máxima de 35 horas donde cualquier exceso sea voluntario, pactado y retribuido de forma específica y unas garantías efectivas de descanso y conciliación que no dependa de las “necesidades del servicio”, según ha informado la CESM.

Como explicó la vocal de médicos de hospitales del COMCADIZ, Luisa Ortega, en Onda Cádiz Televisión, “la reforma planteada desde Sanidad para este Estatuto, que está obsoleto y que hay que modificar, ha conseguido poner en contra a todos los médicos. La reclasificación, el reconocimiento de nuestra singularidad o el problema de las guardias son cuestiones prioritarias en esta negociación. Se está jugando con algo más que con las condiciones profesionales y se está poniendo en juego la salud de los médicos y la seguridad de los pacientes”.

Así lo han expuesto al final la marcha frente al Ministerio de Sanidad con la lectura de un manifiesto, en el que recordaban que llevan años denunciando la grave situación del colectivo, con un deterioro constante de sus condiciones laborales que termina afectando a la viabilidad del Sistema Nacional de Salud, y por extensión, a la sanidad pública y la calidad de la asistencia que se presta a la población.

El malestar ante esta reforma ha logrado aglutinar tanto a colegios de médicos como a sociedades científicas, sindicatos profesionales, decanos de las facultades de Medicina y a los propios estudiantes, de manera que todo el sector ha mostrado de nuevo su rechazo al Estatuto Marco, por lo que insisten al ministerio en que abra una auténtica vía de diálogo que permita alcanzar acuerdos reales para mejorar la crisis actual.