El Presidente del Colegio de Médicos, Juan Antonio Repetto, destacó en sus palabras de bienvenida durante el acto de la Patrona el valor de esta institución colegial “en constante crecimiento, apegada a la realidad de nuestra profesión y a la realidad social a través de nuestro compromiso con la salud de los ciudadanos”.
Juan Antonio Repetto se refirió a los años de pandemia que “han añadido nuevos condicionantes e incluso algunos espejismos” al ejercicio profesional de la Medicina. “Hemos crecido como colectivo profesional, hemos continuado ejerciendo con total entrega una profesión insustituible, imprescindible en el orden social y abnegada hasta el sacrificio vital en el contexto de la reciente crisis, la más grave de cuantas nos ha tocado vivir”, subrayó.
El presidente del Colegio de Médicos expresó asimismo que, ante estos cambios, “nuestro compromiso con nuestros conciudadanos y con su salud no puede decaer. Debemos como profesión saber adaptarnos a esta situación pero sin perder nuestras esencias, actuando siempre con fidelidad a nuestros principios éticos y haciendo patentes nuestros valores”, reclamó.
A continuación de las presentaciones y los agradecimientos, estas fueron sus palabras de bienvenida:
“Deseo que en esta primera ocasión en que las condiciones sanitarias nos permiten realizar, con cierta normalidad, este homenaje, tengamos también muy presentes a aquellos otros colegiados que han sido distinguidos en estos dos últimos años pero no con la debida solemnidad con que este Colegio hubiera querido homenajearlos y que sin duda se merecen. Enhorabuena a ellos, de la misma forma que os la transmito a los que hoy estáis aquí, por fin, felizmente con nosotros.
Hoy es un día grande, un día importante para el Colegio, y un día de alegría y de orgullo para toda la Junta Directiva, al recibir aquí a tantos compañeros, muchos de ellos amigos personales y compañeros de trabajo durante tantos años, compañeros que se han hecho merecedores del reconocimiento que en este acto van a recibir por parte de su Colegio Profesional, que es como decir por parte de su profesión, de sus propios compañeros.
Sois una excelente representación de los más de 6.000 colegiados que hoy conformamos esta institución, de un Colegio en constante crecimiento, apegado a la realidad de nuestra profesión y a la realidad social a través de nuestro compromiso con la salud de los ciudadanos.
Resulta evidente que el ejercicio de nuestra profesión ha venido cambiando de forma muy acelerada en los últimos años, en muchos aspectos para mejor y en otros resuelta y llamativamente a peor.
Por si no convivíamos ya con suficientes factores perturbadores, a principios de 2020 nos correspondió afrontar en primera línea la mayor crisis y el más exigente desafío sanitario que hayamos conocido en nuestro tiempo.
Teníamos a la confusión, el miedo, el riesgo cierto, como compañía cotidiana, a la incertidumbre, el aislamiento, la sobrecarga asistencial a todos los niveles, las bajas, las secuelas físicas y psicológicas, la pérdida de pacientes, de familiares y de compañeros… En muchos momentos llegamos a instalarnos en el caos.
Dos años después, aunque la realidad es muy distinta, hemos de seguir vigilantes, no solo ante la evolución de esta pandemia sino ante la proliferación de nuevas manifestaciones adversas para la salud global que están siguiendo y sin duda van a seguir a este virus.
Y a propósito de la pandemia ¿Recuerdan el tan ansiado deseo de la vuelta a la normalidad, a la llamada nueva normalidad?
“Hemos regresado a la dolorosa realidad de tantos asuntos pendientes e hirientes para la profesión médica y a las mismas exigencias desproporcionadas de antes de la pandemia”
Dr. Juan Antonio Repetto López, Presidente del COMCADIZ
Pues bien. La normalidad ha vuelto ya al ejercicio de la profesión médica. Hemos regresado sin sucesión de continuidad a la dolorosa realidad de tantos asuntos pendientes e hirientes para la profesión médica y a las mismas exigencias desproporcionadas de antes de la pandemia.
Los médicos se sienten presionados, agobiados por la gran carga asistencial, por la burocratización de sus consultas, por pacientes en ocasiones hiperdemandantes y por muchos otros factores que en estos momentos no vamos a desglosar.
Muchos compañeros se encuentran desilusionados, cuando no francamente desencantados y tristes porque el ejercicio de la medicina no responde a las expectativas que en su día se formaron.
Los pacientes se han convertido en usuarios del sistema, en muchas ocasiones usuarios mal informados en el universo paralelo de la virtualidad, pacientes que nos reclaman pruebas complementarias o tratamientos que muchas veces consideramos innecesarios, aumentando así la presión sobre el médico con la amenaza de una posible denuncia y en determinadas circunstancias, incluso, con una agresión.
¿Les suenan estas palabras? Estas últimas son exactamente las mismas que les dirigía a los colegiados con motivo de la festividad de la Patrona -tal día como hoy- hace ahora tres años. En estos tres años, muchas cosas han cambiado, sin duda, pero no así para una profesión -la nuestra- que se sigue sintiendo maltratada y exigida como pocas.
Y es que la profesión médica nunca ha salido de esa normalidad que era su compañera diaria y cotidiana antes de la pandemia. Esta añadió nuevos condicionantes e incluso algunos espejismos. Pero -por si algunos lo pensaban- el oasis no estaba esperándonos tras atravesar el desierto de la pandemia.